24 de febrero, 2022 | por Melva Frutos
Cada trabajo de investigación periodística publicado como parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte (Border Hub) está respaldado con el conocimiento y la pasión de una editora que fue llevando al reportero de la mano, enseñándole cómo, con disciplina, se pueden hacer reportajes de largo aliento.
Y sí, la periodista bajacaliforniana, Lorena Lamas lo confirma, detrás de muchos de los reportajes del Border Hub están sus consejos, las horas vividas con preocupaciones y dudas, también certezas y satisfacciones.
“Es un gran reto cada nuevo becario. Todos son muy diferentes y, no es broma, hay algunos compañeros reporteros que son muy emocionales; unos exigen demasiado y unos no exigen nada”, detalla la mentora del Border Hub.
Lorena ha dado mentoría en 19 reportajes, 12 ya publicados y siete que están por salir a la luz. Son más de dos años haciendo esa tarea que, dice, le apasiona.
Le entusiasma el periodismo y le gusta compartir sus conocimientos, lo que provee la ecuación perfecta para ser una editora calificada en una labor tan minuciosa.
“A mí me encanta. Nunca he sido egoísta. A mí me encanta trabajar en equipo.
“Si algo entiendo perfectamente es que me encanta traer siempre la primera plana. Ni modo, así nací. Pero no he tenido ningún problema por compartir esa primera plana. Nunca he tenido ningún problema con compartir mis conocimientos. Me encanta”, afirma.
El Border Hub otorga becas para que periodistas mexicanos realicen investigaciones relacionadas con temas de corrupción.
Las subvenciones vienen acompañadas de capacitaciones y un acompañamiento durante el proceso, el cual está basado en un método especial y comprobado, que siempre deriva en la publicación de un artículo investigativo apegado verificado.
El acompañamiento lo da la organización, pero quien está directamente en comunicación y trabajo con el periodista becado es la mentora.
El alto nivel de experiencia en la investigación de temas de corrupción ha hecho de Lorena Lamas una editora de cien. Todas las investigaciones que ha acompañado han tenido un cumplimiento exitoso.
“Hoy por hoy, no ha habido ni una historia que me hayan asignado que no se haya publicado. Nadie ha declinado”, comenta.
Una mentoría es un trabajo integral. Dice que se sienta sobre un banquito frente a la computadora que coloca sobre la mesa de la cocina, y así puede estar en todo a la vez.
Y lo hace. Tiene comunicación permanente con los becarios. Siempre está al tanto de su estado e inquietudes y les apoya en cada parte del proceso de investigación, desde que hacen la hipótesis hasta que la publican.
Su expertise viene de 20 años como periodista y ocho como corresponsal y editora del Semanario Zeta desde Ensenada, en donde se especializa en la cobertura de tema de corrupción e inseguridad.
Junto a sus compañeros de Semanario Zeta, Ángela Torres Lozano, Uriel Salcedo y Lourdes Loza Romero, recibió el premio Border Summit 2020 en la categoría de Interés Humano por el reportaje “En el desamparo”.
Como reportera ha cubierto de todo, incluso la fuente de negocios, cuando trabajó durante cinco años en el periódico El Vigía.
En esa fuente es donde se encuentra lo mejor y lo peor, asegura, se puede “nadar de a muertito”, repitiendo el discurso oficial o se pueden “atar cabos” y encontrar información valiosa.
“O sea, vas más allá de lo que te dan tus fuentes y decir ‘¡oh my god!’
“Y ahí es donde empieza todo. Aquí es donde nace un tema de corrupción”, explica.
La llegaron a señalar como “la enemiga de la iniciativa privada”, recuerda. El mote de villana se lo ganó por pensar más de lo que les convenía a quienes ostentan el poder.
Después de El Vigía se tomó una pausa de un año y medio para enfocarse en su familia y a su regreso se sumó por dos años a la corresponsalía de Milenio.
De ahí entró al Semanario Zeta, en donde además de tener la satisfacción de dar un amplio espacio al tema de Derechos Humanos, permanentemente revela información que obtiene a través de su exploración continua en las bases de datos de los sujetos obligados.
Narra que es muy curiosa y disfruta entrar a los datos abiertos, en donde consigue información que, en lo particular o en conjunto con un reportero que tiene a su cargo, usan para publicar reportajes de investigación.
“Trabajar con investigaciones especiales cada semana no es tarea sencilla, porque tenemos que traer los mejores temas”, afirma, y es que su trabajo es permanente, ni siquiera en vacaciones descansan, “te vas a ir de vacaciones, me tienes que dejar un tema”.
El secreto de Lorena Lamas para lograr cumplir con una periodicidad sin sacrificar la calidad, es indagar y ordenar la información con base en el comportamiento de su entorno político y social, para programar las salidas de los artículos.
“Entre diciembre y enero tengo dos semanas de vacaciones, en esas semanas yo hago solicitudes de transparencia, veo los temas que se vienen, sobre todo si hay cambio de gobierno, ya sé cuáles son los temas que no nos pueden faltar, más los que surgen por las quejas nos envían.
“Por lo menos, tres veces al año manejo temas relacionados con homicidios dolosos, entonces, ahí ya tengo tres temas y bueno, el cambio de gobierno, toda esa transición; ahí tenemos otro tema”, detalla.
Inclusive, va proyectando sus investigaciones conforme le van respondiendo a las solicitudes de información, “ahorita, por ejemplo, tengo una batería de solicitudes de Transparencia que voy a ir poco a poco investigando, manejando”.
Tiene una Maestría en Tecnologías para el Aprendizaje y su experiencia más cercana a un alumno fue cuando disfrutó dio clases de periodismo en la Universidad Autónoma de Baja California, sin embargo, nunca se imaginó ser mentora, no estaba en sus planes.
Ahora lo practica al grado que comparte con ellos las preocupaciones y alegrías que se derivan del reto que es una investigación, “lloramos juntos”.
Con el surgimiento de cada nueva generación de becarios, el trabajo se incrementa, pero lo disfruta. Lo dice y lo refleja la sonrisa en su rostro.
La tarea inicia desde que hace el primer contacto con los becarios.
“Para conocerlos y saber qué tanto van a demandar de mí, porque hay algunos que ni siquiera están esperando una llamada mía y hay otros que hasta los domingos.
“Incluso hay otros que ya publicaron y me siguen buscando para hacerme consultas para cosas personales. Entonces, yo creo que es muy padre, como que se va creando también una amistad muy padre. Eso me gusta”, agrega.
La mentoría implica guiar a los alumnos en cada etapa del proceso, que se apoya en un método establecido por la organización.
Mediante reuniones programadas, que se van incrementando conforme avanza la investigación, la mentora instruye a los becarios sobre las mejores prácticas para llevar el proyecto a su conclusión.
Eso sí, aclara, hay reportajes más demandantes que otros, así como hay hipótesis más complejas y difíciles de comprobar que otras, pero siempre estar disponible para atender las dudas de sus alumnos ha significado que todas se concluyan.
“Yo siempre estoy. Tengo una característica y no sé, pero siempre soy muy ágil, me gusta responder pronto cuando se trata de trabajo. Me gusta ser una periodista muy responsable”, afirma.
Es categórica en sus responsabilidades: cada semana atiende las solicitudes de sus editoras del Semanario Zeta y mantiene otra parte de su atención en las mentorías a los periodistas becarios, para que cada investigación salga a la luz cumpliendo los requerimientos que el periodismo de investigación exige.